La otoñada en Zilbeti

21.10.2021

Quietud en las calles, niños en la escuela, vidas en orden después del trajín del verano.....reposo, calma y silencio. Como mucho el ruido lejano de alguna motosierra haciendo leña, que augura el frío del invierno.

Y sin embargo....a poco rato de aquí, en el bosque, todo bulle.

-Es tiempo de recogida, de reparto de regalos. Tiempo de cosecha de frutos que son un desinteresado obsequio de la naturaleza. Y que en Zilbeti por alguna razón se retrasan.

Setas por doquier! Frutos silvestres....avellanas, castañas, moras, patxaranes y patxakas.

Zilbeti tan menudo, como siempre arrullado por los montes, estos meses se engalana con sus mejores colores.

El bosque se va mudando y la mirada a lo lejos, queda fascinada por el paisaje. Ocres, amarillos, naranjas, verdes.... se entrelazan y hechizan al observador más exigente. Sopla el viento y la vista vuelve hacia una llamada de atención. Son hojas que caen! Y mecidas por el viento revolotean aquí al lado hasta caer finalmente al suelo adormecidas. Después, otra vez, la mirada al frente cautivada por el paisaje.

Y como colofón, el otoño nos deleita con los sonidos que más seducen. Son días de amoríos que llenan el ambiente de rugidos excitados. A menudo se oyen los ciervos bramar a los cuatro vientos y entrechocar sus astas. Se golpean tan sólo para demostrar más fuerza y lucir después sus cuernas arrogantes a sabiendas de que es el momento en que las hembras en celo les aguardan. Es el tiempo de la BERREA! Los bramidos se entretejen con los trinos de las aves, el agua del riachuelo, el viento y el caer de la lluvia. Y al caminar por el bosque, siempre la melodía de las hojas en el suelo que suspiran encogidas a cada paso.

Entre tanto en Zilbeti pasan los días. Llegará la "noche de brujas" con el recuerdo mágico de una calabaza vacía que se iluminó años atrás en uno de los jardines. Acabará octubre.....Al otro día Todos los Santos!

Me gusta pensar que la otoñada es la estación más sabia, la más madura. Que cuando lleguen los días cortos y fríos, no dudará en aceptar con serenidad una vez más, la seductora quietud del invierno.